Escribo este post movido por la reciente ola expansiva que arrasa a mis vecinos de esta Lima híbrida, colorida y  folclórica a pedir la revocatoria de la alcaldesa.

La prensa ha logrado instalar en la población la idea de que la alcaldesa es floja, que no hace nada y que sería mejor si ella no estuviera ya en el cargo y nos gobernara algún otro. Es más, casi acompañada de esta singular campaña se evoca frecuentemente  a Castañeda, vociferando que durante su gestión la municipalidad era más eficiente y se hacían más obras

Me parece una pretensión asquerosa y por lo menos para mí no deja de ser extraño y me despierta suspicacias de que existe un grupo muy interesado en sacarla y desestabilizar la gestión municipal. No son pocas las voces muy reflexivas de que lo que  se esconde detrás de esta revocatoria son los intereses de la derecha y su afán de revanchismo ya que les ganaron la plaza mas rentable y jugosa. Personas cercanas  a Castañeda?. Venganza? Tan poco sentido ciudadano tienen estas personas, para querer desestabilizar a la actual administración de la ciudad. Deleznable, asqueroso y vomitivo.

Aun mas vomitivo me resulta que el público común se deje conquistar por este discurso facilista, como que la alcaldesa es floja, y se entregue a la palabrería y él me han dicho, sin previa reflexión o ligero detenimiento. Ver a esas colas de “reflexivos y preocupados” veraneantes tan condolidos por lo que le pueda pasar a la ciudad firmando las actas de revocatoria en la playa de Agua Dulce me genera mucha risa. Muchos de ellos descaradamente aparecen con un afán figurativo. Realmente todo un espectáculo ridículo, tan falso y grotesco.

Susana, antes de todo me parece una mujer muy transparente y sigo confiando en ella. Y hay muchos proyectos que están en marcha y próximos a realizarse. La gran reforma del transporte es una promesa que está dando sus pasos iniciales con las actividades en la avenida Abancay. Es evidente que los problemas de esta mi querida ciudad no se iban solucionar en un año. Los grandes problemas heredados de gestiones anteriores realmente indecorosas no se iban a  solucionar de repente. Castañeda ahora afronta un juicio por las irregularidades en un pago millonario a una empresa de fugaz aparición (solo para cobrar una deuda). Ese es el tipo de trabajo que la ciudadanía quiere? O es que la corrupción se justifica con tal de que se hagan obras sobrevaluadas?

Pienso que ese mismo pensamiento es una herencia del populismo de los 90. “Que se robe no importa, pero que me haga obras”; o llevado al extremo de, “que robe , pero que me de mi polito y mi bolsita de arroz pues”.

Hacer las cosas transparentemente, quizás como nunca antes se ha hecho en la municipalidad, lleva tiempo. Dialogar, hace acuerdos, consensuar con el vecino, evaluar la trasparencia en los proyectos, trabajar honestamente es costoso en tiempo.

El gobierno de la ciudad tiene algo más de un año y la actual pretensión de revocatoria me parece  irregular, financiada maliciosamente y encima mal justificada. Aducir falta de eficiencia es un argumento totalitario, injusto y mezquino.