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Educación y mercado

Publicado: 2011-08-21

Los recientes eventos  en Chile están marcando lo que se podría avecinar como una nueva crisis del esquema capitalista de hacer empresa, del modo en que se entiende la riqueza, la prosperidad y la felicidad.

La empresa privada acapara todos los sectores de la economía chilena; y al hacerlo descaradamente con la educación, se ha convertido en un escándalo. Lo que los estudiantes argumentan es que el estado solo financia el 10% de la educación superior y  no regula con firmeza dejando que la empresa privada lucre con la universidad, que siendo la educación un derecho universalmente ganado  debe ser financiada en su totalidad. No solo gana la empresa privada, también la banca que está carcomiendo a las familias de los estudiantes condenándolos a deudas de hasta 20 años para financiar sus estudios universitarios.

La aparente bonanza y prosperidad social del que se jacta Chile se ven desenmascarados cuando  50 mil personas, entre ellos estudiantes, profesores, decanos y rectores de las universidades, se lanzan a las calles a alzar una voz de descontento respecto al mercantilismo y espirito lucrativo con que la empresa privada opera en la  educación, todo bajo el consentimiento tácito del gobierno al que se acusa por su falta de regulación. ¿Acaso no era Chile el mejor ejemplo del éxito del neoliberalismo en Latinoamérica? ¿Acaso no eran los mapochos los que mejor habían hecho la tarea?

El presidente Piñera ha dicho: “En esta vida nada es gratis”, lo que no ha caído nada bien en el contexto social que se vive ya que parece que su frase revela cuál es el verdadero sentido que lo mueve y evidencia a  un gobierno, que garantizando en apariencia la prosperidad social, perpetúa y justifica un sistema envilecido y aparentemente rechazado.

Estos acontecimientos me hacen pensar que los estudiantes nos hemos convertido en clientes, las aulas de estudio en centros comerciales donde se negocia nada más y nada menos que una educación de calidad. No desconozco que la lógica que subyace a la racionalidad del empresario es la de maximizar sus utilidades. Nadie puede estar en contra de eso, pero gran parte de la legislación de los países dice que las universidades no persiguen fines de lucro. Nos damos cuenta de que el sistema educativo de los países descansa sobre una falacia, una gran mentira, una ilusión.

Será que no somos más que pequeños actores en este gran esquema perverso en el que se convierte el sistema (¿neoliberalismo? ¿globalización?) cuando se abusa del afán de hacer lucro. Será que ya no somos humanos, solo máquinas de trabajo condenadas a redituar un interés a fin de mes. Será que la educación se ha convertido en un bien de consumo más, de manera que quien tiene más dinero siempre accederá a mayor calidad de ella. Será que la dignidad humana ha sido reemplazada por el principio del buen negocio.  O Será que el apetito de ganancia ha ganado la batalla, se ha apoderado del sentido de la vida y se ha convertido en su fin supremo.  Espero que no. Ejemplos como el chileno, no muy alejados de la realidad peruana, nos dan una muestra del alcance que pueden tomar las  iniciativas colectivas para reivindicar un derecho universalmente conseguido hace siglos.


Escrito por

Franco G. Arroyo

Estudio economía, pero voy a comentar de todo: Actualidad, politica, música, deportes , cine.Trataré de ser entretenido, pero sobre todo pasional , no esperen objetividad :D


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Palabras más, Palabras menos

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